Seguramente estás leyendo estas líneas porque estás tratando de cuidarte y comer de forma saludable. Y es que comenzar una dieta es fácil pero mantenerla y hacerlo de forma eficiente es para muchos toda una odisea.
¿Cuáles son los motivos por los que una dieta fracasa?
El principal motivo que la gente expone ante el fracaso de una dieta, suele ser la falta de voluntad. ¿Es realmente este un motivo válido? Más bien no. La voluntad, el instinto de superación y el instinto de supervivencia, son innatos en todos nosotros. Quizás los verdaderos motivos por los que las dietas fracasan son la pereza, la falta de motivación, la falta de constancia, la falta de planificación y una alimentación desequilibrada.
Fuente: pixabay.com
En el artículo de hoy vamos a tratar de ponerle remedio a estas situaciones para que el camino a la vida sana te resulte más fácil.
1. Aférrate a tu motivación, cada vez que pienses en desistir acuérdate por que empezaste.
Cuando comenzamos una dieta tenemos clara nuestra motivación. Empezamos con todas las ganas del mundo y esta motivación se convierte en nuestro objetivo. Unos días/semanas más tarde esta motivación se diluye en nuestras ganas de comer dulces, nuestra pereza ante la próxima rutina de ejercicios, etc. Alto! ahí es donde debes aferrarte a tu objetivo sin desviarte ni distraerte. Vuelve al primer día, piensa por que estas haciendo dieta, no decaigas!
2. Mide los resultados de forma periódica
Nosotros nunca aconsejamos pesarte todos los días ni obsesionarte con la báscula. Una vez por semana es suficiente. Sin embargo, hay que ser constante y medir los resultados. Si una semana te pesas y la báscula marca 1 kg menos, tendremos una motivación más para seguir. Márcate retos a corto, medio y largo plazo.
3. Planifica las comidas y las cenas con antelación
De igual modo una adecuada planificación es vital para lograr el éxito de la dieta (y de cualquier otra cosa que te propongas). Si cuando vas a hacer la compra de la semana no sabes que vas a hacer mañana de comer, comprarás sin control, algo que además de a tu alimentación afecta también a tu bolsillo. Haz un plan estructurado y planea las comidas y cenas con antelación. Al hacer la compra procura ceñirte a los ingredientes necesarios para preparar tus menús saludables.
4. Come entre horas (¡sano!) para no llegar con un hambre voraz a la siguiente comida
Las dietas suelen restringir o limitar las cantidades de muchos alimentos, esto implica que las tres comidas diarias nos sacian menos, y que tras varias horas de la última ingesta de alimentos llegamos a la siguiente comida con un hambre voraz. Esto nos empuja en muchas ocasiones a un consumo desmesurado, compulsivo o sin control de la comida. Por eso es importante comer sano entre horas, para evitar llegar con tanto apetito a la siguiente comida. Una buena opción de comida saludable entre horas son las frutas y verduras: una manzana, pera o mandarina, o un par de zanahorias nos calmaran el hambre sin necesidad de echar por tierra nuestra dieta.
Animo! Ya sabemos que no es fácil ponerse en forma ni adelgazar, pero con constancia, todo se consigue!
Quizá también te interesen los artículos: “Come sano. Come bien” o “Por qué dejar de comer no es la solución”.
