Las lesiones son posiblemente una de las mayores preocupaciones de los deportistas y resultan ser también la principal escusa de aquellos que la pereza les domina y prefieren no hacer ejercicio.
Todo deportista evita sufrir lesiones, básicamente porque estas derivarían en una pérdida de sus rutinas diarias, tanto deportivas como en el resto de aspectos de su día a día. Por ello la mejor estrategia para evitar las lesiones es prevenirlas con una serie de buenas prácticas.
Consecuencias de las lesiones para un deportista
Las consecuencias directas de una lesión son evidentemente los daños físicos que nos puedan provocarnos: contusiones, heridas, fracturas…
Pero también tienen consecuencias indirectas: dolor, medicación, tratamientos, pruebas médicas, convalecencia…
Todas las consecuencias son perjudiciales para un deportista, pero entre las indirectas está una de las más preocupantes, especialmente para los deportistas profesionales. La convalecencia puede variar desde unos días hasta meses, en los que el paciente no podrá practicar deporte.
Esta inactividad deriva en una pérdida de las rutinas deportivas y dependiendo del tiempo incluso en una importante pérdida de masa muscular, elasticidad y motricidad.
Buenas prácticas para evitar lesiones haciendo ejercicio
Es posible evitar la práctica totalidad de las lesiones siguiendo los siguientes consejos, pero aun tomando todas las precauciones siempre estaremos expuestos al azar y a factores externos que pueden llegar a ocasionar una lesión. Los consejos que te mostramos a continuación recogen aquellos aspectos en los que podemos tomar total o parcialmente el control y evitar sufrir lesiones de distinta magnitud.
Calentar
El calentamiento es el primer paso a la hora de reducir considerablemente la probabilidad de lesión durante el desarrollo de nuestra actividad deportiva. Durante la sesión de calentamiento debemos realizar estiramientos y ejercitar los músculos de cara a prepararlos para el esfuerzo que realizarán a continuación.
Deben ser ejercicios que comiencen suavemente e incrementen su intensidad progresivamente. Un buen calentamiento ha de tener una duración mínima de 10 minutos.
El calentamiento no sólo sirve para estirar el musculo, también aumenta el flujo de sangre y comienza a preparar nuestra respiración para oxigenar todo el organismo.
En una sesión de calentamiento no debe faltar el andar, el correr y unos buenos estiramientos. ¿Cuánto? Lo que consideremos necesario. Cuando tu cuerpo esté listo lo notarás, te encontrarás con más vigor para afrontar el deporte que vas a realizar.
No afrontes ejercicios superiores a tu nivel
Esta recomendación parte del sentido común. Podemos comparar nuestro cuerpo con nuestra mente. Cuando estamos aprendiendo a hacer sumas y restas, no podemos intentar hacer una raíz cuadrada. Es muy superior a nuestro nivel ¿verdad? Lo mismo sucede con nuestro cuerpo. A medida que vamos ganando veteranía en un deporte en concreto podemos ir aumentando progresivamente nuestro nivel, pero no debemos intentar avanzar demasiado rápido.
También debemos ser conscientes de que puede que seamos veteranos en un deporte específico, pero seguro seremos novatos en todos los demás. En cada deporte que practiquemos nos adaptaremos al nivel que tengamos en cada caso. Recuerda que una lesión tiene muchas más consecuencias que el propio daño físico.
Escucha a tu cuerpo
No fuerces “la maquina” si sientes que algo no va bien. Si sientes algún tipo de dolor o anomalía, debes parar y observar. No todos los días nos levantamos con el mismo humor ni con los mismos ánimos, y a nuestro cuerpo le sucede lo mismo, habrá días que no esté tan descansado como para realizar un gran esfuerzo. Si te pide que bajes el ritmo o incluso que te detengas, quizás sea buena idea escucharlo.
Hidratación
Durante el desarrollo de la actividad física necesitamos reponer líquidos. Dependiendo de la intensidad del deporte que realicemos puede que nos baste con beber agua o necesitar una bebida un poco más reconstituyente.
Usar el equipo adecuado
Tanto el equipamiento deportivo (ropa, calzado, bicicleta…) como el equipamiento de seguridad (arneses, cascos, rodilleras…) debe ser el adecuado para cada deporte y debe estar en buen estado.
Un elemento defectuoso puede ocasionar accidentes que nos lesionen a nosotros mismos, o a algún compañero de deporte. Si no podemos reemplazarlo nos limitaremos a no usarlo.
Realizar los ejercicios de forma adecuada
Otra recomendación que parte del sentido común es realizar cada ejercicio de la forma correcta, respetando las posturas e intensidad, pero también usando los medios adecuados.
Técnica
Si vamos a comenzar con un ejercicio nuevo o incluso con un nuevo tipo de deporte, conviene que nos informemos en profundidad sobre ello. No debemos tener miedo en consultar con un profesional o un veterano que nos asesore e informe. Es importante saber cómo se hace correctamente un ejercicio, e ir perfeccionando la técnica practicando progresivamente cada ejercicio o actividad.
Enfriamiento
El enfriamiento tras la actividad intensa también es importante. Al igual que con el calentamiento debemos ir preparando a nuestro cuerpo para el reposo. Para ello podemos caminar durante 10 minutos o realizar el mismo ejercicio que estábamos haciendo hasta ahora pero de forma mucho más suave. Esto devuelve nuestro ritmo cardíaco a un ritmo normal y ayuda a nuestro organismo a deshacerse de las toxinas generadas y reemplazarlas por nutrientes y oxígeno. Es un buen momento para volver a rehidratarse. Durante el enfriamiento conviene también realizar ejercicios de estiramientos, que nos ayudarán a evitar posteriores contracturas o tirones.
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