No todos los aceites y grasas vegetales son iguales y sus efectos sobre la salud de los consumidores también son bastante diferentes. Mientras algunos tienen un perfil que podría definirse como saludable, el consumo de otros están asociados al incremento del riesgo de padecer diversos trastornos de la salud.

El aceite de palma se utiliza abundantemente en la industria, ya que es barato, tiene unas características muy útiles para los procesos de fabricación y sirve para aportar propiedades organolépticas interesantes. En frío se mantiene sólido y al entrar en la boca y aumentar su temperatura adquire una textura suave y cremosa que decididamente es agradable al paladar. Sin embargo casi siempre ha tenido mala fama, sobre todo debido a su elevada cantidad de grasa saturada (especialmente ácido palmítico C16:0).
El aceite de palma tiene un 43% de grasas saturadas comparado con el de oliva que aporta un 11%. No obstante no hay estudios concluyentes sobre los efectos adversos de las grasas saturadas, tal y como muestran algunos que consideramos relevantes (extraídos de El Blog del Centinel, lo que dice la ciencia para adelgazar):
Palm oil and blood lipid–related markers of cardiovascular disease: a systematic review and meta-analysis of dietary intervention trials (2014): "En conclusión, este metaanálisis muestra que el aceite de palma puede producir tanto cambios favorables como desfavorables en comparación con otras grasas (saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas) y casi no se observaron cambios en las proporciones Colesterol total / HDL y LDL / HDL".
Palm oil and the heart: A review (2015): " la grasa saturada afecta negativamente al perfil lipídico y el aumento del colesterol total y del LDL está asociado con riesgo cardiovascular. Sin embargo, no todas las grasas saturadas tienen este efecto adverso. El ácido palmítico de la grasa saturada del aceite de palma tiene un efecto similar en el perfil lipídico al del ácido graso monoinsaturado. Además, el aceite de palma también contiene ácidos oleico y linoleico, y tocotrienoles de vitamina E, potentes antioxidantes que inhiben la síntesis de colesterol. (...) el aceite de palma consumido como parte de una dieta equilibrada y sana no tiene un riesgo incremental de enfermedad cardiovascular. Se obtendrá poco o ningún beneficio adicional reemplazándolo con otros aceites ricos en ácidos grasos mono o poliinsaturados. Reconocemos que se necesitan más estudios epidemiológicos para caracterizar completamente el impacto del consumo de dietas con aceite de palma comparadas con otros aceites considerados como saludables para el corazón, tales como el aceite de oliva (...).
Palm oil and palmitic acid: a review on cardiovascular effects and carcinogenicity (2013): "A pesar de las incertidumbres y lagunas que aún persisten en nuestro conocimiento sobre la relación entre las grasas dietéticas y la salud, esta revisión no proporciona evidencia clara de un papel negativo del ácido palmítico para la salud y mucho menos del aceite de palma nativo, en el que el ácido palmítico es sólo uno de sus componentes. El aceite de palma también contiene otros ácidos grasos, principalmente ácido oleico, así como compuestos antioxidantes, cuyos efectos también podrían ser compensatorios. Serían necesarias nuevas líneas de investigación para analizar los efectos de combinaciones de nutrientes, considerando los nutrientes dentro de cada alimento y el patrón dietético general para desarrollar estrategias nutricionales dirigidas a una alimentación segura y correcta.
No obstante no seremos nosotros los defensores del aceite de palma, ni mucho menos, porque consideramos otros aceites mas saludables. En realidad lo que resulta nocivo para la salud son los productos que lo contienen, la mayoria ultraprocesados con alta palatabilidad creados para producir placer y llenos de azúcar, harinas y grasas. Estos son los alimentos que hay que evitar (galletas, nutella, bollería, pasteles, etc).