Libera el estrés con las posturas invertidas de yoga

Carlos Martín León dedica su vida al Yoga tanto como profesor como alumno. Con 14 años de experiencia y formación continua desde entonces ha realizado varios retiros en la India y en la actualidad es director de la Escuela de Yoga en Madrid YogaHenares.

Dentro del apartado del yoga que conocemos como asanas o posturas, y que no debemos olvidar que es sólo uno de los aspectos o pétalos como a veces se les nombra en esta antigua ciencia de la India, hay dos de suma importancia cuya práctica regular (diaria podríamos casi apuntar) es imperativa si queremos extraer de su milenaria enseñanza todo su jugo y aporte.

Se trata de dos posturas invertidas en las que la cabeza se sitúa por debajo del nivel del corazón, es decir, el cerebro racional y analítico que a diario gobierna nuestras vidas se coloca supeditado jerárquicamente  en cierta manera al resto del cuerpo. Esto supone con el tiempo una liberación enorme del estrés al que la cabeza se ve sometida día tras día. Y las dos posturas tienen potentes beneficios para el resto del organismo.

Sarvangasana o Postura sobre los hombros

Se trata de sirsasana o postura sobre la cabeza y sarvangasana o postura sobre los hombros.

Cabe primero decir que el aprendizaje de ambas posturas se recomienda que se haga bajo la supervisión de un profesor/a  cualificado /a. Están contraindicadas para las mujeres durante la menstruación, para las personas que padezcan alta presión sanguínea, infecciones de oído o desprendimiento de retina. Se debe consultar con el profesor en caso de padecer o haber padecido lesiones cervicales. El orden de aprendizaje sería primero dominar en cierto grado sarvangasana y sólo después acometer sirsasana. Hay posturas intermedias que nos van llevando y preparando paulatinamente hacia las posturas finales, que también cuentan con numerosas variantes.

En general la inversión del cuerpo con la cabeza en el suelo o cerca de él, y los pies arriba estimula los grandes sistemas del mismo (circulatorio, respiratorio, nervioso y glandular) y ofrece descanso al corazón. El cerebro es un gran consumidor de múltiples componentes transportados en la sangre y en estas posturas el aporte es mucho mayor con mucho menos esfuerzo para nuestro corazón. Son las posturas más estimulantes y reportan una sensación de gran vigor. Ayudan a mejorar la memoria y la concentración a la vez que incrementa la capacidad mental y la estabilidad emocional. Se podría decir que la calidad de nuestros pensamientos mejora. Son posturas nutritivas para nuestro organismo a nivel físico, mental y emocional, con efectos refrescantes para el cerebro  y el resto del cuerpo. Sarvangasana en concreto ayuda a reducir el rápido flujo de los pensamientos acercándonos a vivir más conscientemente de nuestra respiración y los latidos de nuestro corazón lo que nos dará una agradable sensación de calma y bienestar. Los sistemas hormonales y glandulares se ven enormemente potenciados y la salud en general se ve mejorada: fortalecimiento del aparato musculo-esquelético y también de los pulmones ayudando a eliminar catarros y resfriados, incluso a prevenirlos. Regulan la digestión de los alimentos asimilando de manera más eficaz los nutrientes y favoreciendo la expulsión de los deshechos. Traen vitalidad a partes perezosas del organismo.

El equilibrio hormonal que conlleva su práctica regular es especialmente valioso durante el embarazo siempre y cuando la mujer tuviera estas dos posturas incorporadas en su rutina diaria de práctica. De lo contrario no es el mejor momento para su aprendizaje.  También para las mujeres las posturas invertidas son de inestimable ayuda en casos de prolapso de útero o desórdenes menstruales.

Sirsasana o postura sobre la cabeza

Las dos posturas han de ser practicadas juntas como parte de la misma secuencia. Se puede realizar sarvangasana por sí misma, pero por el contrario no se recomienda hacer sirsasana si no va seguida de la primera pues con el tiempo podría afectar a nuestro ánimo generando cierta propensión a un estado irascible. Por tanto ambas posturas se complementan y equilibran sus efectos.

Las dos posturas son vistas por B.K.S. Iyengar, uno de los Maestros de Yoga más reconocidos del último siglo, como el Rey (sirsasana) y la Reina (sarvangasana) de las posturas, siendo aquellas dos que todo practicante debería priorizar en su práctica en caso de que por falta de tiempo u otro motivo no pudiera realizar otras posturas. Tal es su importancia en base a los beneficios arriba expuestos.

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