A todos nos ha pasado: empiezas a hacer una actividad física moderada y de pronto, ¡zas! notas un pinzamiento acompañado por un ligero dolor en algun lugar de las extremidades. Normalmente sucede en la parte posterior de las piernas (gemelos), pero también puede suceder en la parte frontal o trasera del muslo. Suele durar unos segundos, pero a veces se prologa varios minutos.
¿Qué podemos hacer para evitar este tipo de molestias?
Cuando esto sucede, el cuerpo está enviandote una señal de que algo estás realizando incorrectamente. A continuación te explicamos las causas más comunes y como puedes evitarlas:
- Falta de hidratación: es importante estar bien hidratado cuando se comienza a hacer ejercicio pues la deshidratación es una de las causas más comunes de los calambres. Se recomienda a modo general tomar 2 litros de agua al día y en cualquier caso al menos un vaso de agua antes de comenzar con el ejercicio. Si además hace calor o la actividad dura más de 30 minutos, es importante beber también durante la práctica. Una buena idea es llevar siempre encima una botella de agua o una bebida istotónica a la que podamos echar mano cuando notemos falta de hidratación.
- Falta de minerales: cuando tenemos falta de potasio, calcio o magnesio somos más propensos a sufrir los calambres por eso es importante una alimentación rica en estos minerales. Plátanos, almendras, cereales integrales, espinacas o la leche y sus derivados son perfectos para evitar esta carencia.
- Falta de calentamiento: Cuando empezamos con el ejercicio de manera abrupta y sin calentar los músculos pueden resentirse. Para evitarlo es importante estirar previamente los músculos de las piernas y además empezar con actividad leve, aumentando la intensidad poco a poco. Si notamos que el calambre va a producirse, hay que interrumpir el ejercicio y masajear el área afectada.
Fuente: detusalud.com